Planecrafters es un juego de 2 a 4 jugadores, a partir de 10 años y con una duración de entre 30 y 60 minutos. Está diseñado por Andrew Bosley y Michael Patience y de momento está editado solamente en inglés por Paisley Board Games.
La flota de aviones de la pequeña nación de Crumplehorn se está quedando atrás comparada con la de otras naciones europeas. Pero el millonario magnate Master Pennington B. Knickernacker, que es un entusiasta de la aviación, va a gastar toda su fortuna en pagar a empresarios que le construyan todos los aviones posibles.
Así que pon en marcha tu fábrica y aprovecha su obsesión para ganar tantas coronas como puedas y ser quien más dinero consiga al final de la partida. Y si tienes que sabotear a los rivales, ¡mejor!.

En Planecrafters tendremos que ponernos a fabricar aviones como locos. Al principio nos dará igual mezclar partes de distintos aviones, porque empezamos con muy poco dinero y necesitaremos conseguir fondos para poder contratar empleados cuanto antes.
Estos empleados nos ayudarán optimizando nuestro turno, pudiendo construir más partes de aviones, venderlos por más coronas, pero también los habrá que robarán piezas a otros jugadores, sacarán beneficio por ventas ajenas etc.
En cada turno realizaremos hasta 4 acciones, siendo 2 obligatorias y 2 opcionales:
1- Contratar un empleado (opcional): Solamente uno por turno y fijándose bien en su especialidad, pues pronto os daréis cuenta que se pueden combinar distintos empleados para poder optimizar las siguientes rondas. Ganará el juego quien consiga más dinero, así que hay que mirar bien en qué empleados se gasta para no desperdiciar ni una corona.

2 – Coger 2 cartas de partes de avión: De un mazo de robo del que se descubren 4 cartas, escogeremos 2 de entre las descubiertas o del propio mazo (y a ver si hay suerte y nos sale la parte que queremos). Una vez se agote el mazo, se jugará la última ronda y se procederá a la puntuación.
3 – Colocar hasta 2 partes de avión: Bajaremos 2 cartas de nuestra mano a la mesa, para empezar a construir un avión. Solamente uno, por lo que al principio nos costará ensamblar un avión con las piezas del mismo modelo. Existe un empleado que nos permitirá construir más de un avión, pero será difícil hacerse con él. Porque sí, sólo habrá uno.

Vale, este avión es muy feo. Pero tenemos dos partes del Black Hole (3 coronas), la cola del Supernova (1 corona) y la cabina del Paladin (1 corona). Así que ya tendremos 5 coronas para gastar en un empleado en nuestra siguiente ronda.
4 – Vender aviones (opcional): Ahora es el momento de vender nuestro avión. Con una tabla de precios nos daremos cuenta que cuantas más partes iguales tenga nuestro avión, más dinero conseguiremos. Si tenemos la posibilidad de construir varios aviones, podremos vender los que queramos, pero siempre han de tener 4 partes mínimo: Cabina, cola y 2 alas. Podremos meterle un fuselaje para hacerlo más grande y sacarnos más dinero por su venta.

Por este Big Boy nos darán 10 coronas. Y si le hubiésemos puesto un fuselaje, 15 coronas. Pero para llegar a hacerlo hay que ir guardando cartas en la mano y tener suerte de poder conseguirlas, pues hay 6 modelos distintos de aviones y a veces la suerte puede ser muy traicionera.
Finalmente, antes de pasar el turno al siguiente jugador, tendremos que deshacernos de las cartas que se excedan de nuestra mano, que inicialmente son 5.
Cuando terminemos la partida, sumaremos todo el dinero ganado, pero antes de proclamar victoria, repartiremos 3 premios especiales, que otorgan cada uno 8 coronas extra.
Un premio lo ganará aquel que haya utilizado más partes de avión durante toda su partida, otro será para aquél que tuviese más empleados en su fábrica y el tercero irá pasando de manos a lo largo del juego, pues será para aquél que haya hecho la mejor venta.
Planecrafters nos ha gustado mucho. Es muy sencillo de aprender, pero hay que fijarse bien desde el principio en si quieres fabricar muchos aviones rápidamente o ir más lento pero sacar más dinero de golpe. Además, conviene fijarse siempre en los empleados disponibles, pues la mayoría son únicos y a veces otro jugador nos puede quitar el que más nos interesaba. Además, casi siempre nos sobrarán cartas en la mano y habrá que pensar bien cuáles descartamos y cuáles nos quedamos. Aunque como dijimos más arriba, la suerte con las cartas siempre planeará sobre nosotros.
