A partir de 6 años
20-30 minutos
Independiente del idioma
El papá vampiro está furioso: «¡Esto es indignante!».
Resulta que el malvado cazador de vampiros acaba de pasar en un vehículo volador sobre las ruinas bajo las cuales reposan los niños vampiros y se ha puesto a lanzar un montón de ristras de ajos. ¿Y si se cuelan entre las piedras y caen allá donde los niños están durmiendo?
Así que Leo, el vampiro guardián, junto con su valiente murciélago tendrán que deshacerse de todo ese ajo cuidando de que ninguno se caiga por los agujeros.
¿Les ayudaréis a conseguirlo?
La misma caja del juego sirve como tablero, como muchos de los de esta editorial «Drei Magier Spieler». El fondo nos muestra la estancia donde duermen apaciblemente los pequeños vampiros, bajo las ruinas de un castillo que custodia Leo, el vampiro guardián.
A la izquierda tenemos la figura que representa al vampiro guardián y a la derecha un murciélago, que es su fiel ayudante y que necesitará para deshacerse de todas las fichas de ajos.
Porque sí, tanto la cabeza del vampiro como el murciélago son imanes del mismo polo, por lo que al acercar el murciélago al vampiro lo repelerá y así podremos moverle por entre las ruinas.
Y sí, tal y como estabais pensando y al igual que en «La noche de los magos», si ponemos en algún foco de luz las fichas de ajo, el guardián y al murciélago, podremos jugar a oscuras. No brilla mucho, pero es muy curioso y divertido hacerlo así, de esa forma los demás jugadores no sabrán exactamente qué piezas hemos recogido y así podremos llevar la cuenta de puntos en secreto.
Fichas con 3 diferentes tamaños, con 1, 2 y 3 ristras de ajos. En el juego, quien más ajos tenga al final de la partida, será el ganador.
Diferentes partes del tablero de juego que habremos de montar antes de comenzar la partida:
El suelo del castillo en ruinas, con todos esos agujeros por donde se irán cayendo los ajos (ya podían mudarse a un castillo más moderno) y las paredes de piedra del resto de las ruinas.
Montamos las piezas como nos indican las instrucciones y luego las acoplamos a las esquinas interiores de la caja, tal como muestra la siguiente foto.
Una vez colocadas las 4 esquinas…
…colocamos el suelo para que quede así.
Ahora ponemos las fichas de ajos sobre los círculos de su mismo tamaño.
Y al vampiro guardián lo colocamos en el centro. ¡Y así estamos listos para empezar!
El jugador con los colmillos más largos comienza. Por turnos, intentarán guiar al vampiro a través de las ruinas empujando fichas de ajos para sacarlas del tablero.
El turno finaliza:
– Si una ficha cae sobre la mesa. En este caso el jugador la recoge sin que la vean los demás y se la guarda pues serán sus puntos al final de la partida.
– Si el vampiro cae fuera del tablero.
– Si una ficha de ajos cae por uno de los agujeros del tablero.
En cualquiera de los casos, se pasa el turno al siguiente jugador.
Y ya está: habilidad para sortear los agujeros y picardía para intentar llevarse las fichas con 2 y 3 ajos, pues sumarán muchos puntos en el recuento final.
En el momento que no queden más ajos sobre el tablero, la partida habrá finalizado. Entonces todos los jugadores cuentan los ajos recogidos y el que más tenga será el vencedor.
Ahora y en primicia mundial, os pongo un video de unos minutos donde muestro cómo se desarrolla un turno. ¡Y veréis qué bien me lo paso cuando estoy solo en casa!.
Espero que os guste